sábado, 19 de julio de 2008

X Vida después de la muerte a traves de la satisfacción del yo

EL hombre es consciente que algún día morirá.
Otros animales, cuando se acercan a la muerte,
saben que están a punto de morir; pero no es hasta
que la muerte es segura que el animal siente próxima
su hora partida. Y aún entonces no sabe exactamente
lo que implica morir. Se ha señalado muchas veces
que los animales aceptan la muerte pasivamente, sin
temor o resistencia alguna. Este es un concepto muy
hermoso, pero que solo es verdadero en casos donde
la muerte es inevitable.
Cuando un animal está enfermo o gravemente
herido, luchará por su vida hasta la última onza de
fuerza que le quede. Es esta irrevocable voluntad de
vivir la que, si el hombre no estuviese tan .altamente
evolucionado., le daría el espíritu combativo que
necesita para seguir con vida.
Es bastante conocido el hecho que mucha gente se
muere porque se rinden y ya no les importa vivir.
Esto es comprensible si la persona está enferma, sin
ninguna posibilidad aparente de recuperarse. Pero
muchas veces éste no el caso. El hombre se ha vuelto
perezoso. Ha aprendido a tomar la salida más fácil.
Incluso para muchas personas el suicidio es menos
repugnante que cualquier cantidad de pecados. La
culpa de todo esto la tiene la religión.
En la mayoría de las religiones, la muerte es
considerada como un gran despertar espiritual .para
el cual uno se prepara durante toda la vida. Este
concepto es muy atractivo para alguien que no haya
tenido una vida satisfactoria; pero para quien haya
experimentado todos los placeres que la vida tiene
para ofrecer, hay un inmenso temor a la muerte. Así
es como debería ser. Éste anhelo y deseo de vivir es el
que permitirá a la persona vital seguir viviendo,
después de la muerte inevitable de su envoltura
corporal.
La historia nos muestra que los hombres que han
entregado sus vidas en pro de un ideal han sido
deificados por su martirio. Los líderes políticos y
religiosos han sido muy cuidadosos a la hora de
trazar sus planes. Al ensalzar a los mártires ante sus
semejantes como ejemplos brillantes, eliminan la
reacción de sentido común de que la autodestrucción
voluntaria va en contra toda lógica animal. Para el
Satanista, el martirio y el heroísmo noindividualizado
han de asociarse no con la integridad,
sino con la estupidez. Obviamente, esto no se aplica a
situaciones que impliquen la seguridad de un ser
querido. Pero el dar la vida por algo tan impersonal
como un asunto político religioso es ya masoquismo
supremo.
La vida es la gran indulgencia, la muerte la gran
abstinencia. Para una persona que esté satisfecha con
su vida terrena, la vida es como una fiesta, y a nadie
le gusta irse de una buena fiesta. Por la misma razón,
si una persona está pasando bien aquí en la tierra, no
dejará esta vida tan fácil por la promesa de una vida
futura de la que no sabe nada.
Las creencias místicas orientales enseñan a los
humanos a disciplinarse a sí mismos contra cualquier
voluntad consciente de mejorar o sobresalir en la
vida, para que puedan disolverse en una .Conciencia
Cósmica Universal. .cualquier cosa con tal de
evitar la saludable sensación de auto satisfacción u
orgullo honesto que se siente por los logros
terrenales!
Es interesante anotar que las áreas donde
prosperan este tipo de creencias son aquellas donde el
éxito material es difícil de obtener. Por este motivo la
creencia religiosa predominante debe ser una que
elogie a sus seguidores por su rechazo de los bienes
materiales y el que eviten utilizar cualquier clase de
títulos que de alguna importancia a los logros
materiales De esta manera la gente puede ser inducida
pacíficamente a que acepte lo que tiene, no importa
cuan poco sea.
El Satanismo utiliza muchos títulos. Si no fuera
por los nombres, muy pocos podríamos entender algo
en la vida, y mucho menos darle algún significado a
ésta .y el significado lleva al reconocimiento, que es
algo que todo el mundo quiere, especialmente el
místico oriental, que trata de probar a todo el mundo
que puede meditar o soportar más dolor y privaciones
que cualquier otro de sus semejantes.
Las filosofías orientales predican la disolución del
Yo del hombre antes de que pueda cometer algún
pecado. Para el Satanista, resulta imposible concebir
un Yo que prefiera voluntariamente el negarse a sí
mismo.
En países donde esta creencia es utilizada como un
paliativo para los que se empobrecen
voluntariamente, es comprensible que una filosofía
que enseña la negación del Yo sea utilizada para un
propósito útil .por lo menos para los que tienen el
poder, para quienes seria terrible si su pueblo fuera
infeliz. Pero cualquiera que tiene toda oportunidad de
lograr el éxito material, el escoger esta forma de
religión seria algo que en realidad parecería tonto.
El místico oriental cree firmemente en la
reencarnación. Para una persona que virtualmente no
tiene nada en esta vida, la posibilidad de que pudo
haber sido un rey en una vida pasada o puede serlo en
una futura es muy atractiva, es muy útil para llenar
su necesidad de auto respeto. Si no hay nada de lo
que puedan enorgullecerse en esta vida, pueden
consolarse a sí mismos pensando: .bueno, ya habrá
otras vidas.. Pero al creyente en la reencarnación
nunca se le ha pasado por la cabeza que si su padre,
abuelo, bisabuelo, etc. han desarrollado .buen
karma., por seguir las mismas creencias y la misma
ética .entonces ¿por qué está viviendo una vida de
privaciones, en lugar de vivir como un maharajá?
La creencia en la reencarnación ofrece un bello
mundo de fantasía en el cual una persona puede hallar
una manera apropiada para expresar su Yo, a la vez
que dice haber disuelto su Yo. Esto está respaldado
por los papeles que escogen para sí mismos en sus
vidas pasadas o futuras.
Los creyentes en la reencarnación no siempre
escogen un personaje honorable. Si la persona es de
naturaleza altamente conservadora o es alguien muy
respetado, casi siempre escogerá un villano o
gángster, satisfaciendo así su alter.ego. O bien, una
mujer de status social puede elegir una prostituta o
cortesana famosa, como imagen de sí misma en una
vida anterior.
Si la gente fuera capaz de separarse a sí misma del
estigma que trae consigo la satisfacción del Yo, no
tendrían necesidad de estos juegos para engañarse a sí
mismos, como la reencarnación, como una manera de
satisfacer su necesidad natural de darse gusto.
El Satanista cree en la gratificación total de su Yo.
De hecho, el Satanismo es la única religión que
defiende la intensificación o gratificación del Yo. Solo
si el Yo de una persona está lo suficiente satisfecho
puede permitirse ser amable y lisonjero con otros, sin
privarse por ello de su autoestima. Generalmente
pensamos que alguien jactancioso y fanfarrón es una
persona con un ego muy grande; cuando en realidad,
su actitud es consecuencia de una necesidad de
satisfacer su ego empobrecido.
Los religiosos han mantenido a raya a sus
seguidores reprimiendo sus egos. Al hacer que sus
seguidores se sientan inferiores, la superioridad de su
dios queda mas que asegurada. El Satanismo alienta a
sus miembros a desarrollar un ego bien fuerte ya que
este les da la autoestima necesaria para una existencia
plena en esta vida.
Si una persona ha vivido a plenitud y ha luchado
por su existencia terrena hasta el fin, es su Yo el que
se negará a morir, aun después de que la carne que le
sirvió de alojamiento expire. Hay que admirar a los
niños por su constante entusiasmo por la vida. Un
ejemplo de esto es el niño pequeño que se niega a ir a
la cama cuando algo bueno esta pasando, y una vez
que lo ponen a dormir, bajará por las escaleras a
hurtadillas para atisbar a través de la cortina y dar un
vistazo. Es esta vitalidad infantil la que permitirá al
Satanista asomarse a través de la cortina de la
oscuridad y la muerte y permanecer unido a la tierra.
El autosacrificio no es fomentado por la religión
Satánica. Por lo tanto, a menos que la muerte llegue
como una indulgencia debido a circunstancias
extremas que hacen del acabar con la vida una
liberación bienvenida de una existencia terrena
insoportable, el suicidio es desaprobado por la
religión Satánica.
Los mártires religiosos han tomado sus propias
vidas, no porque la vida fuese insoportable para ellos,
sino para utilizar su supremo sacrificio como una
herramienta para promover una creencia religiosa.
Debemos suponer entonces, que el suicidio, si se
comete en pro de la iglesia, es permitido y hasta
fomentado .aunque las escrituras lo llamen
pecado.porque los mártires religiosos del pasado
siempre han sido deificados.
Resulta bastante curioso que la única vez que el
suicidio es considerado pecaminoso por otras
religiones es cuando llega como indulgencia.

1 comentario:

ANGELUS dijo...

ME parece que es muy cierto para que negarse de todos los privilegios poor asi llamarlos que nos da la vida cuando podemos disfrutar de todo si y como dice la muerte es la gran abstinencia para que negarnos este placer la verdad me parece algo de los mas normal pensar en que la muerte llegara pronto y que tal ves hay cosas que no he realizado aun mmm.... bueno los dejo salu2