sábado, 19 de julio de 2008

APÉNDICE II

INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA
SATÁNICA

Burton H Wolf *
En una noche de invierno de 1967, me dirigí a la
ciudad de San Francisco para escuchar hablar a
Anton Szandor LaVey en una reunión de la Liga para
la Libertad Sexual. Fui atraído por los artículos de
periódicos describiéndolo como "El Papa Negro" de
una iglesia Satánica en la que los bautizos, las bodas
y los funerales estaban dedicados al Diablo. En aquel
entonces era un reportero independiente que escribía
para varias revistas, e intuí que podría encontrar una
historia sobre LaVey y sus paganos contemporáneos;
porque, como dicen en las editoriales, el Diablo
siempre ha hecho "buena copia".
Lo que consideraba mi historia no constituía la
práctica misma de las artes negras, porque no hay
nada nuevo bajo el sol. Ya existían sectas adoradoras
del Diablo y cultos de Vudú mucho antes de que
existiesen Cristianos. En la Inglaterra del siglo XVIII
había un Club del Fuego Infernal, (Hellfire Club) que
tenía conexiones con las colonias del Nuevo Mundo a
través de Benjamín Franklin, quien gozaba de cierto
renombre. Durante la primera mitad del siglo XX, la
prensa mundial promocionó a Aleister Crowley como
"el hombre más perverso del mundo". Y durante las
décadas de 1920 y 1930 hubo ciertos rumores en
Alemania de una .Orden Negra..
LaVey y su organización de Faustianos
contemporáneos ofrecieron dos nuevos y asombrosos
capítulos a lo que parecía ser una vieja historia.
Primero, en lugar del acostumbrado coventículo de la
tradición Satánica y brujeril, de manera blasfema se
denominaban así mismos como "iglesia", un término
confinado exclusivamente hasta entonces a las
diversas ramas del Cristianismo. Segundo, en vez de
ocultarse, practicaban abiertamente su magia negra.
En lugar de concertar una entrevista preliminar
con LaVey para discutir sus heréticas innovaciones,
que solía ser el primer paso en mi labor investigativa,
decidí observarlo y escucharlo como un miembro más
del auditorio. Algunos periódicos le describían como
un bromista y antiguo domador de leones circense que
se auto-proclamaba el representante del Diablo en la
Tierra, y primero quería determinar si era o no un
Satanista, un charlatán, o un fraude. Ya había
conocido con anterioridad a personas destacadas de lo
oculto; de hecho, Jean Dixon fue mi casera por un
tiempo y tuve la oportunidad de escribir sobre ella
antes de que lo hiciera Ruth Montgomery. Pero había
considerado a todos los ocultistas como farsantes,
hipócritas, o charlatanes, y nunca desperdiciaría
cinco minutos escribiendo sobre sus diversas formas
de engaños.
Todos los ocultistas que había conocido o
escuchado eran "white-lighters" supuestos videntes,
profetisas y brujas que envolvían sus supuestos
poderes místicos alrededor de su supuesta
comunicación espiritual con Dios. LaVey, quien
parecía reírse de ellos y dispuesto a escupirles con
desprecio, emergía de las líneas de las historias de
periódicos como un mago negro que basaba su
trabajo en el lado oscuro de la naturaleza y el lado
carnal de la humanidad. No parecía haber nada
espiritual en su "iglesia".
Mientras escuchaba hablar a LaVey por primera
vez, me di cuenta enseguida que no había nada en él
que lo relacionase con el negocio de lo oculto. Ni
siquiera podía describírsele como metafísico. La
charla brutalmente franca que estaba escuchando era
pragmática, relativista, y sobre todo, racional. Era
seguramente poco ortodoxa: un golpe a la religión
establecida, a la represión de la naturaleza carnal
humana, a la falsa apariencia de piedad en el curso de
una existencia basada en búsquedas materiales
atrozmente competitivas. También rebosaba de una
sátira sardónica a la estupidez humana. Pero lo más
importante de todo, es que su discurso era lógico. Lo
que LaVey ofrecía a su audiencia no era magia
barata. Era na filosofía de sentido común basada en
las realidades de la vida.
Después de haberme convencido de la sinceridad
de LaVey, tuve que convencerlo a él de que en lugar
de aumentar el número de artículos con historias
baratas que pintaban a la Iglesia de Satán (Church of
Satan) como una feria de locos, quería hacer una
investigación seria. Estudié duro el Satanismo, discutí
su historia y fundamentos con LaVey, y asistí varios
rituales a la medianoche en la famosa mansión
Victoriana que solía ser el cuartel general de la Iglesia
de Satán. De todo ello produje un artículo serio,
únicamente para darme cuenta que éso no era lo que
querían los editores de magazines "respetables".
Estaban más interesados en un artículo tipo freakshow.
Finalmente, fue la edición de Septiembre de
1968 de la revista ’Knight’ .una revista de "chicas",
o mejor dicho, "para hombres". la que publicaría el
primer artículo definitivo sobre LaVey, la Iglesia de
Satán, y la síntesis de LaVey de antiguas leyendas
sobre el Diablo y la tradición de la magia negra en la
filosofía y prácticas modernas del Satanismo utilizada
como modelo, como guía, e incluso como Biblia por
todos sus seguidores e imitadores.
Mi artículo fue el principio, no el final (como ha
sucedido con otros temas sobre los que he escrito), de
una larga e íntima asociación. De ello salió mi
biografía de LaVey, "The Devil’s Avenger",
publicada por Pyramid en 1974. Después de que fue
publicado el libro, me convertí en miembro, y tiempo
después, en Sacerdote de la Iglesia de Satán, un título
que comparto con orgullo con muchas personas
famosas. Las discusiones filosóficas a altas horas de
la madrugada que comenzé con LaVey en 1967
siguen ininterrumpidas hasta el día de hoy, una
década después, acompañados a veces por una bruja
fabulosa, o bien por algo de nuestra propia música, él
en el órgano y yo en la percusión, en un bizarro
cabaret habitado por los humanoides suprarrealistas
creados por LaVey.
Todo el pasado de LaVey parecía haberlo
preparado para su papel. Descendiente de ancestros
oriundos de Georgia, Rumania y Alsacia, entre ellos
una abuela gitana que le narró las leyendas de
vampiros y brujas de su nativa Transilvania. A la
temprana edad de cinco años, LaVey leía los cuentos
publicados en Weird Tales y libros como el
"Frankenstein" de Mary Shelley y el "Drácula" de
Bram Stoker. Aunque era diferente a los demás niños,
éstos lo escogían como líder en marchas y maniobras
simulando órdenes militares.
En 1942, cuando LaVey tenía doce años, su
fascinación con los soldados de juguete le llevó a
interesarse por los sucesos de la Segunda Guerra
Mundial. Se sumergió en manuales militares y
descubrió que los arsenales para equipar armadas y
ejércitos enteros podían comprarse como si fueran
frutas en un supermercado y utilizados para
conquistar naciones. En su cabeza fue tomando forma
la idea de que, contrario a lo que decía la Biblia
Cristiana, la Tierra no sería heredada por los débiles,
sino por los poderosos.
En la secundaria LaVey fue un niño prodigio
bastante raro. Reservando sus estudios más serios
para fuera de la escuela, se preocupaba por la
música, la metafísica, y en los secretos de lo oculto.
A los quince años ya era segundo oboísta de la
Orquesta Sinfónica del Ballet de San Francisco.
Aburrido con sus clases en la secundaria, LaVey se
retiró durante el segundo año, se fue de casa, y se
unió al Circo de Clyde Beatty como mozo de jaula,
bañando y alimentando a los tigres y leones. El
entrenador Beatty notó que LaVey se sentía a gusto
tranajando con los grandes felinos y lo hizo su
asistente.
Poseído desde su juventud por una pasión por las
artes y la cultura, LaVey no se contentaba con
entrenar las bestias de la selva y trabajar como
asistente en la arena del circo. A la edad de 10 años
ya había aprendido a tocar el piano a oído. Ésto le fue
de utilidad cuando el tipo que tocaba el calíope se
emborrachó antes de una presentación y era incapaz
de salir a escena. LaVey se ofreció para reemplazarle,
confiado de poder manejar el inusual órgano lo
bastante bien como para dar un fondo musical
apropiado. Sucedió que sabía más música y tocaba
mejor que el otro; luego Beatty despediría a su ebrio
empleado y colocó a LaVey al instrumento. Entre
otros artistas de circo, su música acompañó a "La
Bala Humana" Hugo Zachinni, y a los célebres actos
de los Wallendas en la cuerda floja.
Cuando LaVey cumplió 18 años dejó el circo y se
unió a un carnaval. Allí se convirtió en asistente de un
mago, aprendió hipnosis, y estudió más sobre lo
oculto. Era una combinación bastante curiosa. Por un
lado, estaba trabajando en una atmósfera de vida a su
más crudo nivel .música mundana, el olor del
aserrín y los animales salvajes, actos en los cuales un
segundo de error implicaba un grave accidente, o
incluso la muerte; actos que exigían juventud, fuerza
y destreza, y descalificaba a quienes se hacían viejos,
un mundo de excitación física que tenía una atracción
mágica. Por otro lado, trabajaba con la magia, en el
lado oscuro de la mente humana. Tal vez ésta extraña
combinación influyó en la manera como LaVey
comenzó a observar la humanidad mientras tocaba el
órgano para los espectáculos del carnaval.
"Los sábados en la noche" .me diría LaVey en
una de nuestras largas conversaciones nocturnas.
"veía hombres que iban con lascivia tras las chicas
semi-desnudas que bailaban en el carnaval, y en la
mañaa del domingo siguiiente, mientras tocaba el
órgano para los evangelistas de tarima al otro lado
de la plaza, veia a estos mismos hombres sentados
en primera fila unto a su esposa e hijos, pidiéndole
a Dios que perdonase sus pecados y los librase de
sus deseos carnales. Y el siguiente sábado en la
noche regresaban al carnaval a otro lugar de
placer. Supe entonces que la Iglesia Cristiana
medra en la hipocresía, y que la naturaleza carnal
del hombre siempre sale a flote, no importa cuánto
sea purgada o flagelada por alguna religión de luz
blanca".
Aunque LaVey no se dió cuenta, ya se hallaba
camino a formular una religión que serviría como
antítesis del Cristianismo y su herencia Judaica. Era
una religión antigua, mucho más vieja que el
Cristianismo o el Judaísmo. Pero nunca había sido
formalizada, codificada en un cuerpo de pensamiento,
dogma y ritual. Ése iba a ser el papel de LaVey en la
civilización del siglo XX.
Después de haber contraído matrimonio en 1951 a
la edad de 21 años, LaVey abadonó el maravilloso
mundo del carnaval para comenzar una carrera que se
ajustara mejor a una vida hogareña. Se había inscrito
como estudiante de Criminología en el San Francisco
City College. Esto lo llevó a su su primer trabajo
regular, como fotógrafo para el Departamento de
Policía de San Francisco. Como vería después, dicho
trabajo tendría que ver igual que cualquier otro con
su desarrollo del Satanismo como estilo de vida.
"Ví el lado más sangriento y terrible de la
naturaleza humana" .recordaría LaVey durante una
charla sobre su vida pasada. "Gente muerta a tiros
por locos, acuchillados por sus amigos; niños
destripados por conductores que los atropellaban y
seguían de largo Fue asqueroso y deprimente. Me
pregunté a mí mismo ’¿Dónde está Dios?’ Llegué a
detestar la actitud santurrona de la gente hacia la
violencia, diciendo ’es la voluntad de Dios’".
Renunció asqueado después de tres años de servir
como fotógrafo y volvió a tocar el órgano, esta vez
trabajando en clubes nocturnos y teatros para ganarse
la vida mientras continuaba los estudios que eran su
verdadera pasión: las artes negras. Una vez a la
semana daba clases sobre temas arcanos: espantos,
proyección extra-sensorial, sueños, vampiros,
licántropos, adivinación, magia ceremonial, etc.
Atraían mucha gente que eran, o se harían, muy
conocidos en las artes y las ciencias, así como en el
mundo de los negocios. De este grupo se formaría un
"Círculo Mágico".
El propósito principal del Círculo era el de
reunirse para llevar a cabo rituales mágicos que
LaVey había descubierto o ideado. Jabía acumulado
una biblioteca de trabajos que describían la Misa
Negra y otras ceremonias infames conducidas por
grupos como los Caballeros Templarios en la Francia
del siglo XIV, y el Hell-Fire Club y la Golden Dawn
en la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX. El
propósito de algunas de éstas órdenes secretas era el
de blasfemar, satirizando la Iglesia Cristiana, y
aliarse con el Diablo, como una deidad
antropomórfica que representaba el lado inverso de
Dios. En opinión de LaVey, el Diablo no era eso, sino
más bien una fuerza oscura, oculta en la naturaleza,
responsable de los sucesos de la vida cotidiana, un
fuerza para la cual ni la ciencia ni la religión tenían
explicación alguna. El Satán de LaVey es "el espíritu
de progreso, el inspirador de todos los grandes
movimientos que contribuyen al desarrollo de la
civilización y al avance de la humanidad. Él es el
espíritu de la rebelión que conduce a la libertad, la
encarnación de todas las herejías que liberan".
En la última noche de Abril de 1966 .la noche de
Valpurgis, o Walpurgisnacht, el festival más
importante en la tradición de la magia y la brujería.
LaVey afeitó su cabeza, en sentido ritual a la usanza
de la tradición mágica, y anunció la formación de la
Iglesia de Satán. Para una identificación apropiada
como su ministro, se colocó un cuello clerical. Hasta
allí parecía casi un santo, pero su cabeza afeitdada a
lo Genghis Khan, su barba Mefistofélica y sus ojos
rasgados le dieron la aparencia demoníaca adecuada
para su sacerdocio en la primera iglesia sobre la
tierra consagrada al Diablo.
"En primer lugar", explicaría el mismo LaVey,
"el llamarle ’iglesia’ me permitió seguir la fórmula
mágica que consiste en una décima parte de ultraje
y las otras nueve de respetabilidad social, que son
necesarias para el éxito. Pero el propósito principal
era el de reunir un grupo de individuos con ideas
similares, utilizando sus energías combinadas para
invocar a la fuerza oscura en la naturaleza que se
llama Satán".
Como LaVey señaló, todas las demás iglesias se
basan en la adoración del espíritu y la negación de la
carne y el intelecto. Fue entonces cuando vió la
necesidad de una iglesia que recuperara la mente
humana y sus deseos carnales como objeto de
celebración. Se fomentaría el interés propio racional y
su campeón sería un saludable Yo.
Comenzó a darse cuenta que el antiguo concepto
de una Misa Negra para satirizar los servicios
Cristianos ya estaba pasado de moda, o cuando
menos, era como "fustigar un caballo muerto". En
lugar de los servicios auto-degradantes del
Cristianismo, LaVey organizaría en la Iglesia de
Satán varios psicodramas vigorizantes, exorcizando
por medio de ellos las represiones e inhibiciones
fomentadas por las religiones espirituales.
En la misma Iglesia Cristiana hubo una revolución
contra las tradiciones y ritos ortodoxos. El declarar
que "Dios está muerto" se había hecho popular. Por
tanto, los ritos alternos que LaVey había ideado, si
bien mantenían algo de los adornos y ornato propios
de antiguas ceremonias, pasarían de ser una burla
negativa a formas más positivas de purga y
celebración: bodas Satánicas consagrando los
placeres de la carne, funerales libres de actitudes
santurronas, rituales de deseo para ayudar a los
participantes a lograr sus deseos sexuales, rituales de
destrucción para que los miembros de la iglesia
Satánica triunfaran sobre sus enemigos.
En ocasiones especiales, tales como bautismos,
bodas, matrimonios y funerales en el nombre del
Diablo, el cubrimiento de la prensa, aunque no se
solicitara, era fenomenal. Hacia 1967 los periódicos
que enviaban a sus repoteros para que escribiesen
sobre la Iglesia de Satán iban de San Francisco, hasta
el otro lado del Pacífico, en Tokio, y hasta el otro
lado del Atlántico, en París. Una foto de una mujer
desnuda, semi-cubierta por una piel de eopardo,
haciendo las veces de altar a Satán en una ceremonia
matrimonial concebida por LaVey, fue transmitida
por todos los servicios de cable a periódicos de todas
partes del mundo. Como consecuencia de la
publicidad recibida, los grottos (la respuesta de
LaVey a los covens, o conventículos de las brujas)
afiliados a la Iglesia de Satán se esparcieron a lo
largo y ancho del planeta, probando con ello uno de
los mensajes cardinales de laVey: el Diablo seguía
vivo y era muy popular entre mucha gente.
Obviamente, LaVey señalaría a cualquiera que
quisiera escucharle que, para él y sus seguidores, el
Diablo no era el tipo estereotipado en vestido rojo,
con cachos, cola y tridente, sino más bien las fuerzas
oscuras en la naturaleza que los seres humanos
apenas están comenzando a comprender a fondo.
¿Cómo conciliaba LaVey dicha explicación con su
propia apariencia, vestido con capucha negra y
cuernos? A lo cual respondía: "La gente necesita del
ritual, con símbolos como los que puedes encontrar
ya sea en los juegos de baseball o en los servicios de
las iglesias, o en las guerras, como vehículos para
verter en ellos las emociones que no pueden
exteriorizar o entender por sí mismos". Sin embargo,
LaVey se cansaría del juego muy pronto.
Hubo varios reveses. Primero, algunos de los
vecinos de LaVey comenzaron a quejarse por el león
adulto que LaVey tenía como mascota en su casa, y el
gran felino acabaría siendo donado al zoológico local.
Luego, una de las brujas más devotas de LaVey,
Jayne Mansfield, murió a consecuencia de una
maldición que LaVey había puesto sobre su abogado,
Sam Brody, por una variedad de razones que he
explicado en mi libro "The Devil’s Avenger"; LaVey
le había advertido constantemente a Jayne que se
alejara de Brody, pero no sirvió de nada, y se
deprimió mucho cuando ella murió. Fue la segunda
muerte trágica en los 60’s de un símbolo sexual de
Hollywood con quien había estado involucrado
íntimamente; la otra era Marilyn Monroe, la amante
de LaVey durante un período breve pero crucial en
1948, cuando se había retirado de la vida de carnaval
y tocaba el órgano en bares de desnudistas del área de
Los Angeles.
Para rematar, LaVey estaba cansado de organizar
entrentenimientos y purgas para los miembros de su
iglesia. Habia contactado con los últimos restos
vivientes de las fraternidades ocultistas europeas de
pre-guerra, se hallaba ocupado adquiriendo sus
filosofías así como los rituales secretos que quedaban
de la era anteror a Hitler, y necesitaba tiempo para
estudiar, escribir y elaborar nuevos principios. Hacía
mucho tiempo que estaba experimentando, y
aplicando, los principios y conceptos de la geometría
espacial, en lo que él denomina la .Ley del
Trapezoide". (Se burla de los seguidores de la moda
actual, que están "ladrándole a las pirámides
equivocadas"). También se había vuelto muy
solicitado como conferencista, invitado a programas
de radio y televisión, y productor y/o asesor técnico
para decenas de productores de televisión y directores
de cine, y a veces se ponía en el papel de actor. Como
señala el sciólogo Clinton R. Sanders: "...ningún
ocultista ha tenido un impacto directo en la
presentación cinematográfica del Satanismo como
lo tiene Anton Szandor LaVey. El simbolismo
esotérico y ritual son elementos centrales en la
iglesia de LaVey y los films en el cual ha
participado contienen representaciones detalladas
de ritos Satánicos y están repletas de símblos
ocultistas tradicionales. El énfasis que se hace en el
ritual en la Iglesia de Satán está "ideado para
enfocar los poderes emocionales dentro de cada
individuo’. De manera similar, el ritualismo
detallado como elemento central en los films de
LaVey pueden ser vistos como un mecanismo para
captar, atrapar y enfocar la experiencia emocional
del espectador".
LaVey decidió transferir sus rituales y otras
actividades organizadas a los grottos de la Iglesia de
Satán alrededor del mundo, y se dedicó a escribir, dar
conferencias, enseñar .y a su familia: su esposa
Diane, la rubia beldad que hace las veces de Suma
Sacerdotisa de la Iglesia ; Karla, su hija de cabellos
negros como la noche, que está en la veintena, y está
estudiando criminología, siguiendo los pasos de su
padre, invirtiendo mucho de su tiempo dando
conferencias sobre Satanismo en diversas
universidades en diversas partes del país; y por
último, su hija Zeena, a quien muchos de los que
vieron la famosa foto del bautismo en la Iglesia
Satánica recordarán como una bebita, pero que ahora
es una adolescente voluptuosamente desarrollada, que
atrae tras de sí a una creciente manada de lobos
babeantes, casi siempre humanos del género
masculino.
Del período relativamente quieto que ha tenido
LaVey, han surgido sus libros: Primero, The Satanic
Bible, (La Biblia Satánica) la cual, en el momento en
que escribo esto, lleva doce ediciones (y ésta es mi
segunda introducción, revisada y aumentada,
habiendo escrito la introducción para la primera
edición.) Segundo, The Satanic Rituals (Los Rituales
Satánicos) el cual cubre mucho del material complejo
y sombrío que LaVey ha desenterrado de diversas
fuentes. Y tercero, The Compleat Witch (La Bruja
Consumada), que aunque fuera best-seller en Italia,
ha sido puesta fuera de circulación por su editor en
Estados Unidos, y su potencial no ha sido explotado
en su totalidad.
El paso de LaVey de actividades organizadas de
su Iglesia, a escribir libros que han tenido difusión a
nivel mundial, ha aumentado considerablemente la
membresía de la Iglesia de Satán. La creciente
popularidad del Satanismo ha estado acompañada por
historias de terror de diversos grupos religiosos
quejándose de que en varias univrsidades la Biblia
Satánica se vende más que la Biblia Cristiana, y que
es la causa de que muchos jóvenes se estén alejando
de Dios. Y ciertamente uno tiene la sospecha de que
el papa Paulo VI tenía a LaVey en mente cuando hace
dos años hizo su declaración mundial de que el diablo
está "vivo" y es una "persona", un personaje viviente
que respira fuego y que esparce el mal sobre la tierra.
al decir que el mal [evil] es en realidad vida [live]
escrito al revés, y que uno debería disfrutarlo y
complacerse en ello, LaVey responde al Papa y a
demás grupos religiosos de la siguiente manera:
"Hay personas, organizaciones, incluso naciones
enteras, que están haciendo milones de dólares a
costillas nuestras. ¿Qué harían sin nosotros? Sin
una Iglesia de Satán, no tendrían nadie a quién
rabiar y a quién echarle la culpa de todas las cosas
podridas que pasan en el mundo. Si de verdad se
sienten así, no deberían habernos desestimado. Lo
que en verdad tienes has de creer, es que ellos son
los charlatanes, y que en realidad se alegran de
tenernos cerca, para así pode explotarnos. Nosotros
somos, para ellos, una comodidad extremadamente
valiosa. Les hemos ayudado en el negocio,
hemosnivelado su economía, y algunos de los
millones de dólares que hemos generado, han ido a
parar a la Iglesia Cristiana. Una y otra vez hemos
probado la validez de la Novena Declaración
Satánica, que dice que la iglesia .al igual que
incontables personas. no pueden existir sin el
Diablo".
Y la Iglesia Cristiana debe pagar un precio por
ello. Los sucesos que LaVey predijo en la primera
edición de La Biblia Satánica han tenido lugar. La
gente reprimida ha roto sus ataduras. Ha habido una
revolución sexual, y la libido colectiva ha sido
proyectada, en el cine y la literatura, en las calles y en
el hogar. La gente baila desnuda, con el torso desnudo
o el trasero desnudo. Las monjas se han despojado de
sus hábitos, han mostrado las piernas, y llevando a la
realidad algo que LaVey había dicho a guisa de
broma, han bailado al compás de "Missa Solemnis
Rock". Hay una frenética búsqueda universal de
entretenimiento, la buena mesa y los buenos vinos,
aventura, goce, placer, y el disfrute del aquí y el
ahora. La humanidad ya no está dispuesta a esperar
por una vida en el más allá que promete recompensar
los de espíritu puro, limpio y casto .es decir,
ascético, monótono, ordinario. Hay cierto aire de
neopaganismo y hedonismo, y de allí ha emergido una
amplia gama de individuos brillantes .doctores,
abogados, ingenieros, profesores, corredores de
bienes raíces, actores y actrices, gente de los medios
(para citar unas cuantas variedades de Satanistas) .
que están interesados en formalizar y perpetuar está
religión y este estilo de vida.
No es una religión fácil de adoptar en una
sociedad regida durante tanto tiempo por la ética
Puritana. En esta religión no existe el altruismo
hipócrita ni el concepto obligatorio de "amar-alpr
ójimo". El Satanismo es una filosofía abiertamente
egoísta y brutal. Está basada en la creencia de que los
seres humanos son inherentemente criaturas violentas
y egoístas, que la vida es una lucha Darviniana por la
supervivencia del más apto, que sólo los fuertes
sobreviven y la tierra será regida por los que luchan y
salen victoriosos en la competencia interminable que
existe en todas las selvas .incluyendo las de la
sociedad civilizada. Aborrece esta definición, si así lo
deseas; a diferencia de la tierra que mana leche y miel
descrita en la Biblia Cristiana, se basa en condiciones
reales que han existido en el mundo a lo largo de los
siglos.
En La Biblia Satánica, Anton LaVey ha explicado
la filosofía del Satanismo de una manera más
profunda que cualquiera de sus ancestros en el Reino
de las Tinieblas, a la vez que describe en detalle los
rituales y escenarios innovadores que ha ideado para
crear una iglesia de realistas. Desde la primera
edición, es obvio que muchas personas quieren leer
éste libro para aprender cómo organizar grupos
Satánicos y a ritualizar con magia negra. La Biblia
Satánica y Los Rituales Satánicos son los únicos
libros que han demostrado, de manera auténtica y
verdadera según las tradiciones más relevantes, cómo
puede hacerse todo ello. Han habido muchos
imitadores, ninguno de los cuales ha citado su fuente,
y por muy buenas razones; porque una vez que el
aspecto andrajoso y la superficialidad de sus
plagiadores han sido comparadas al innovador trabajo
de LaVey, ya no puede haber mercado para los
imitadores.
La evidencia es clara para cualquiera que desee
verla: Anton LaVey sacó a Satán del armario y la
Iglesia de Satán es el manantial del Satanismo
contemporáneo. Este libro resume y transmite el
mensaje, y zse mantiene a la vez como un desafío y
una inspiración, tan intemporal como cuando fue
escrita.
SAN FRANCISCO
Diciembre 25, 1976 (XI Anno Satanas)

* Burton H. Wolfe era un periodista independiente muy famoso en Estados
Unidos durante los años 60.s y 70.s, y entre otros libros, escribió .The
Devil.s Avenger., la primera biografía de Anton Szandor LaVey.

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